MENTALIDAD
VICTIMISTA:
Puede ser definida
como una condición en la que lo malo que le llega a uno, es
percibido no como una falta o error personal, sino como algo que
llega debido a la falta de otros. No hay sentido de responsabilidad
personal, esperando siempre que algo malo suceda, en lo que emprendo
o en lo llega a nuestra vida en lo cotidiano.
Todos estamos de
acuerdo en que las malas situaciones de vida les suceden a todos,
pero cómo reaccionemos a estos eventos negativos que nos ocurren, es
lo que hace la diferencia, sobre nuestro estancamiento o nuestro
progreso, sobre permanecer en la mentalidad victimista o liberarse de
ella.
Una buena analogía
de esto la podríamos expresar con la historia del cazador que
acostumbraba a cazar pájaros. Volvió a casa con dos puestos en dos
jaulas diferentes. Uno de los dos tenía una mentalidad victimista,
mientras que el otro no. Algo malo les había sucedido a ambos
pájaros, pero manejaban la situación de manera diferente. Uno entró
en desesperación, mientras podía haber hecho algo diferente con sus
pensamientos, se resignó esperando el día en que el cazador lo
convertiría en su comida.
El otro pájaro, no
se conformó, sino que comenzó a luchar. Se dijo, uno de estos días
escaparé de la jaula y volaré libre y feliz de nuevo. Se
visualizaba a sí mismo siendo libre y volando resplandeciente por el
cielo. Después de varias semanas el cazador, en un despiste, dejó
las puertas de las jaulas abiertas. Debido a su mentalidad de
renuncia el primer pájaro decidió quedarse dentro de la jaula,
mientras que el otro escapó raudo volando por los aires. Lo mismo
nos sucede a los seres humanos, que aprendemos conductas de
renuncia-abandono, que nos impiden auto realizarnos, cuando podríamos
por el contrario utilizar ese revés como resorte o palanca para
saltar hacia delante.
La mentalidad
victimista es adicta al pensamiento negativo, al diálogo interno
repetidamente lúgubre, torturante y limitante. Se auto estanca en el
pensamiento de que merece eso que le llega, de su estado desvalido,
haciendo sentir a los que tiene a su alrededor que tienen que
cuidarlo, cuando en verdad deberíamos preocuparnos por nosotros
mismos.
Una vez
acostumbrados a la mentalidad victimista, se convierte en un hábito
que se retroalimentará con imágenes negativas que se mantendrán en
la mente a nivel subconsciente. Esta mentalidad se expresa en
pensamientos, como los de que uno ha venido aquí para luchar, que
uno nació para eso, que siempre nos esquivará la suerte, etc.
Actuando de esta manera, limitamos nuestras posibilidades, quedando
cautivos de esta mentalidad.
A pesar de ser un
buen estudiante, Mark, rodeado de un entorno familiar difícil, donde
la madre no mantenía ningún trabajo durante el tiempo suficiente y
el padre tenía problemas con casi todo, trabajo, vida de familia,
todo parecía especialmente duro para ellos. A causa de esta
situación de vida en convivencia, Mark desarrolló una mentalidad
victimista, interiorizando que había venido para luchar duramente en
la vida, aun siendo inteligente, sacaba malas notas en el colegio, y
tan sólo terminó la primaria.
Características de
la Mentalidad Victimista:
Si sientes que antes
de empezar comienzas abandonar, es señal de que tienes mentalidad
victimista. Se espera el fracaso, dado que el resultado final de
nuestros esfuerzos depende, no de nuestras acciones, sino de un
destino funesto que rodea nuestra vida. Se entra en la dimensión de
pérdida de control de los resultados de nuestras acciones, que no
llevarán ningún fruto. El victimista se ve como un actor
incompetente y fracasado, llegando a un punto de sobrecarga
emocional, donde renuncia incluso a la ayuda que se puede procurar
a sí mismo en esas condiciones, lo que se hace ya no importa. El
pensamiento interno automatizado con imágenes ha tomado cuerpo y lo
descorazona constantemente, no es la gente sino su propio discurso
interno, interiorizado y asumido a nivel subconsciente, que su ego,
sibilinamente le devuelve, cada vez que se presenta cualquier
iniciativa de vida, o contratiempo.
Liberándose de la
Mentalidad Victimista:
Este tipo de estado
mental se adquiere por haber sido entrenado o educado en un ambiente
que inculca esos pensamientos derrotistas.
Familia, religión,
colegios, cultura ambiental, comunidad e instituciones. Tomando a la
familia como ejemplo, nos encontramos en un ambiente que se supone
entorno amable, cariñoso, protector, que permitirá al chico
desarrollarse física, emocional, mental y espiritualmente. La
familia ofrece esto normalmente, pero en una cuyo patrón interno de
comportamiento esté regido por la mentalidad victimista, la
querencia emocional del niño demandará afecto en lugar de amor.
Desarrollará miedo al sufrimiento en lugar de compasión, en lugar
de alegría desarrollará un cuestionamiento continuo sobre sus
habilidades, y en lugar de sentirse competitivo desarrollará una
actitud justiciera de vida.
Deshaciendo La
Mentalidad Victimista:
Una de las mejores
acciones a emprender cuando enfrentamos esta clase de mentalidad, es
tomar responsabilidad de cada acción en nuestra vida. Si se está
determinado a ello, debemos reconocer que aun cuando no podemos
controlar todas las circunstancias en las que nos encontramos,
estamos en plena posesión de nuestra respuesta a esas situaciones.
El sentimiento de desesperanza, o de estar desvalido, no es más que
una ilusión. Esto significa, que siempre hay algo que puede ser
hecho en la vida con voluntad y propósito.
Debe tenerse un plan
formulado de antemano, para enfrentar situaciones conflictivas de
vida. Al hacer esto, la mentalidad victimista se desploma. Al adoptar
una posición de tomar acción, los milagros comienzan a suceder a
nuestro alrededor, ganamos confianza y comenzamos de nuevo a ser
héroes y protagonistas de nuestra vida. Cuando nos percibimos como
protagonistas victoriosos, fortaleza y sentido de dignidad interna
vendrán en nuestra ayuda, haciéndonos sentir seguros y llenos de
coraje para hacer frente a los contratiempos y reveses de la vida.
Identificar el
origen de nuestra mentalidad victimista será de gran ayuda ya que
podremos derrotarla más fácilmente. Además, hay que aprender a
amarse uno mismo mejor, terminando con las auto acusaciones y
autocríticas constantes. Implementemos el hábito de confiar en
nuestras habilidades, por medio de ordenes bien dirigidas a nuestra
voluntad, esto permitirá un nuevo y completo nivel de auto confianza
que nos hará exitosos en todo lo que nos llegue para hacer.
Define y conoce tus
valores, dándote así directrices personales a las cuales seguir con
seguridad, directrices que te harán sentir en control y
permitiéndote ser leal y consecuente contigo mismo.
Hazte cargo de tu
vida, elimina la necesidad de compasión de parte de los otros, pelea
tu propia batalla con valor y decisión, sabiendo que emergerás de
la misma renovado y victorioso, venciendo la dureza del pasado y
abriéndote a un futuro prometedor.
Aprende a perdonar,
el abrigar internamente emociones y pensamientos negativos, fortalece
la mentalidad victimista. ¿Cómo la vencemos? aprendiendo además a
perdonar. No albergues sentimientos negativos hacia alguien o algo,
acepta que fuiste herido y sigue adelante, no permitas que tu
historia la construya el pasado, no seas víctima de tu propio
pasado. Aprende a dejar ir1
aquello que te hirió, y que formó en tu interior un campo de
energía negativa que continúa bloqueando la llegada de cosas buenas
en todos los órdenes de la vida.
Te invito a que leas
mi libro: 20 Ejercicios y Técnicas para Reprogramar la Mente
Subconsciente y Crecimiento Personal.
1
La técnica del dejar ir, está explicada en mi libro: 20 Ejercicios
y Técnicas para Reprogramar la Mente Subconsciente y Crecimiento
personal. La combinación 528 con la theta 7.5Hz, son especialmente
útiles.
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